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Mujeres en la minería: impulsando nuevos paradigmas

Por Pamela Chávez, directora Endeavor Chile y CEO de Domolif

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Históricamente la minería ha sido categorizada como un sector altamente masculinizado. Pero esta distinción ha experimentado transformaciones durante la última década, a causa de acciones impulsadas por el mundo público y privado para corregir las brechas de género presentes en una industria determinante para la economía chilena, en la que hasta hace solo un par de años las mujeres representaban apenas un 8,2% de su fuerza laboral.

Los esfuerzos realizados por distintas organizaciones a nivel nacional han tenido resultados significativos en esta materia. Sin ir más lejos, un estudio presentado por MC Equidad en el Seminario de Sostenibilidad ESG Aprimin indicó que la participación femenina en el sector minero alcanzó un 15,2% en 2023, lo que representa un aumento del 8% respecto de 2011.

Esto se puede explicar por las nuevas políticas de equidad que han logrado incentivar la evolución de una industria que estaba muy desfasada frente a la incorporación de mujeres en sus operaciones, y enmendar las asimetrías generando entornos de trabajo seguros, justos, empáticos y flexibles. Pero también por la contribución del ecosistema emprendedor local, cuya participación en las compañías mineras -principalmente vinculada al desarrollo de innovaciones que ayudan a eficientizar los procesos- juega un importante rol como catalizador de este cambio.

Esta es una oportunidad que no podemos desaprovechar, especialmente considerando que las scaleups constituyen una parte importante de nuestra economía y que el aumento en la cartera de proyectos de inversión extranjera al cierre del año pasado acumuló un total de US$ 8.175 millones para la minería, lo que nos sitúa en un escenario favorable para seguir impulsando nuestra red de emprendedores y los nuevos paradigmas que nos acercarán hacia el balance de género en el sector.

Para alcanzar aquello es clave que la industria minera continúe demostrando su disposición para que más mujeres puedan crecer profesionalmente en este campo, aumentando su eficiencia y productividad a partir de un entorno diverso en el que confluyan los talentos, el ingenio, las destrezas, y las maneras de abordar los desafíos en base a las características diferenciadoras de ambos géneros; y favoreciendo el despliegue de soluciones desarrolladas por scaleups con el potencial de generar un impacto positivo no sólo en términos de progreso económico, sino que de promotores y aceleradores de las transformaciones que demandan los nuevos tiempos para alcanzar organizaciones socialmente justas.

Ya se han dado los primeros pasos en esa vía, pero sin duda las sinergias que se puedan constituir entre los actores del mundo público y privado cumplirán un papel esencial en la reducción de las brechas de género y la generación de nuevas políticas públicas orientadas hacia la equidad. Cambios que también podemos fomentar desde nuestros propios ámbitos de acción, incentivando a las jóvenes a explorar su potencial desde temprana edad para que no conozcan límites y a futuro puedan formar parte de una industria minera sostenible, porque la nueva minería debe incluir a las mujeres.

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